Cerclaje Abdominal en la Insuficiencia Cervical: Cuando el Cerclaje Vaginal Falla, la Prevención Continúa
Autores:
Crovella, Stefania1, Gonzalez, Alejandro2, Sar, Juan Sebastián3
Introducción
La insuficiencia ístmico-cervical (IIC) es una causa frecuente de pérdidas gestacionales en el segundo trimestre y de parto prematuro extremo. Cuando el cerclaje vaginal fracasa, el abordaje abdominal laparoscópico constituye una alternativa de rescate eficaz.
Objetivo
Evaluar la seguridad y efectividad del cerclaje abdominal en pacientes con IIC y antecedentes de fallas en cerclajes vaginales.
Material y Métodos
Estudio retrospectivo, serie de seis casos intervenidos entre 2004-2025. Se analizaron el momento del cerclaje (preconcepcional o gestacional), técnica quirúrgica y resultados materno-fetales.
Resultados
Seis pacientes fueron sometidas a cerclaje abdominal laparoscópico sin complicaciones inmediatas. Cinco lograron embarazos viables; una tuvo dos gestaciones exitosas con el mismo cerclaje. Se registró un caso de desprendimiento prematuro de placenta, sin relación causal aparente.
Conclusión
El cerclaje abdominal laparoscópico demostró ser una técnica segura y reproducible, con alta tasa de éxito, ofreciendo una opción valiosa en pacientes con IIC severa.
Abstract
Introduction
Cervical insufficiency (CI) is a frequent cause of second-trimester pregnancy loss and extreme preterm birth. When vaginal cerclage fails, laparoscopic abdominal cerclage becomes an effective rescue option.
Objective
To assess the safety and effectiveness of abdominal cerclage in patients with CI and prior failed vaginal cerclages.
Materials and Methods
Retrospective case series of six patients treated between 2004–2025. Timing of cerclage (preconceptional or gestational), surgical technique, and maternal-fetal outcomes were analyzed.
Results
Six patients underwent laparoscopic abdominal cerclage with no intraoperative or immediate postoperative complications. Five achieved viable pregnancies, including one case with two consecutive successful pregnancies with the same cerclage. One placental abruption was reported, without evident causal relation to the procedure. The technique was reproducible in all cases with a high success rate.
Conclusion: Laparoscopic abdominal cerclage proved to be safe, reproducible, and highly effective, offering a valuable option for selected patients with severe CI.
Introducción
La incompetencia istmico-cervical (IIC) es una condición obstétrica caracterizada por la incapacidad del cuello uterino para mantener el embarazo, lo que puede conducir a pérdidas fetales recurrentes o partos extremadamente prematuros.
Se estima que afecta aproximadamente al 1% de las gestaciones y es responsable de hasta el 10% de los partos pretérmino espontáneos, lo que conlleva una morbimortalidad neonatal significativa (1).
Las principales consecuencias de esta patología incluyen al aborto tardío (Ab T), definido como la pérdida gestacional entre las 14 y 22 semanas, y al parto inmaduro (Pi), que ocurre entre las 22 y 28 semanas, donde la supervivencia neonatal es limitada y la morbilidad perinatal es elevada (2).
Para reducir este impacto negativo, se han establecido estrategias de prevención en distintos niveles:
- Prevención primaria (cerclaje indicado por historia obstétrica - cerclaje profiláctico): Consiste en la realización de un cerclaje antes de que se logren evidenciar modificaciones cervicales en gestantes con antecedentes claros de incompetencia cervical. Se indica en pacientes con historia de dos o más pérdidas fetales en el segundo o inicios del tercer trimestre, aquellas con antecedentes de una pérdida fetal posterior a una conización cervical o en pacientes que presentaron un parto pretérmino pese a la colocación de un cerclaje en una gestación previa. Un control prenatal adecuado, que incluya una anamnesis detallada y pruebas en consultorio para identificar signos de incompetencia cervical, son fundamentales. Asimismo, la detección de anomalías uterinas congénitas o adquiridas y la reducción de procedimientos quirúrgicos sobre el cérvix, como la conización extensa o dilataciones cervicales repetidas, son medidas clave (3). La primera línea de tratamiento en estas pacientes es el cerclaje vaginal profiláctico; no obstante, cuando esta técnica fracasa o está contraindicada, el cerclaje abdominal representa una alternativa efectiva.
- Prevención secundaria (cerclaje indicado por ecografía - cerclaje terapéutico): Se basa en la vigilancia ecográfica seriada de la longitud cervical y el uso de progesterona (4). La ecografía transvaginal permite detectar cuellos uterinos acortados (< 25 mm antes de la semana 26) y casos de longitud cervical extremadamente corta (< 10 mm), lo que permite la intervención temprana para prevenir la progresión a incompetencia cervical manifiesta.
- Prevención terciaria (cerclaje indicado por exploración física - cerclaje de emergencia): Se realiza en mujeres con incompetencia cervical manifiesta, caracterizada por dilatación cervical asintomática > 2 cm con membranas visibles a través del orificio cervical externo antes de las 26 semanas de gestación. A pesar del mayor riesgo de complicaciones, estudios han demostrado que el cerclaje de emergencia es más eficaz que la conducta expectante con reposo y tratamiento tocolítico (5).
Cerclaje abdominal
El cerclaje cervical suele realizarse por vía vaginal; sin embargo, en pacientes seleccionadas puede realizarse por vía abdominal. Los antecedentes de fracasos con un cerclaje vaginal previo, las anomalías anatómicas o cirugías cervicales que impiden un abordaje vaginal, el cerclaje abdominal se ha establecido como una opción con altas tasas de éxito.
Puede realizarse mediante laparoscopia o laparotomía, permitiendo la realización del cerclaje a nivel de la unión ístmico-cervical (6). Aunque existe escasa evidencia científica sobre su eficacia en comparación con la vía vaginal y se asocia a una mayor tasa de complicaciones, sus indicaciones principales incluyen (7):
- Pacientes sometidas a traquelectomía , donde generalmente se realiza en el mismo acto quirúrgico.
- Gestantes con pérdidas fetales o partos prematuros extremos pese a la colocación de cerclajes vaginales previos.
- Conización amplia y extensa con un remanente de cuello extremadamente corto.
No obstante, el cerclaje abdominal no está exento de riesgos . Las complicaciones maternas incluyen infección, hemorragia intraoperatoria, lesiones a órganos vecinos y complicaciones anestésicas. Además, al requerir cesárea para el nacimiento, se asocia a un incremento en la morbilidad obstétrica a largo plazo. En cuanto a la morbimortalidad fetal, se han descrito casos de rotura prematura de membranas, restricción del crecimiento intrauterino y, en situaciones extremas, muerte fetal (8). Sin embargo, la selección adecuada de pacientes permite maximizar los beneficios, con una tasa de nacidos vivos significativamente mayor en comparación con mujeres sin intervención (9, 10).
|
Tipo de complicación |
Complicaciones específicas |
Incidencia aproximada (%) |
Referencias |
|
Maternas Intraoperatorias |
Hemorragia significativa |
1-5 % |
(9,11) |
|
Lesión vesical o intestinal |
1-2 % |
(9,12) |
|
|
Lesión vascular (arterias uterinas o iliacas) |
< 1 % |
(13,12) |
|
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Complicaciones anestésicas |
< 1 % |
(9,14) |
|
|
Maternas Postoperatorias |
Infección de herida operatoria |
2-5 % |
(9,15) |
|
Infección pélvica |
1-3 % |
(9,15) |
|
|
Dolor pélvico crónico |
1-2 % |
(12,15) |
|
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Formación de adherencias abdominales |
5-10% |
(12,15) |
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Necesidad de Cesárea Abdominal obligatoria |
100% |
(9,16) |
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Fetales o Neonatales |
Rotura prematura de membranas (RPM) |
5-15 % |
(9,11,10) |
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Parto prematuro (< 37 semanas) |
10-20 % |
(9,17) |
|
|
Restricción del crecimiento intrauterino (RCIU) |
3-7 % |
(13,17) |
|
|
Sepsis neonatal |
1-5 % |
(9,17) |
|
|
Mortalidad fetal (aborto tardío o muerte intrauterina) |
1-5 % |
(9,13,10) |
Complicaciones Asociadas al Cerclaje Abdominal.
A continuación, nuestro estudio buscará aportar nueva evidencia mediante la experiencia obtenida en nuestro hospital, abordando cada etapa del proceso: desde la selección rigurosa de las pacientes candidatas hasta la preparación preoperatoria, el desarrollo de la intervención quirúrgica y la evaluación de los desenlaces materno-fetales.
Objetivo
Presentar nuestra experiencia en cerclaje abdominal analizando su seguridad a través de la evaluación de las complicaciones a corto, mediano, largo plazo y los resultados materno fetales en pacientes intervenidas en la etapa tanto preconcepcional como gestacional temprana.
Material y métodos
Se realizó un estudio observacional tipo serie de casos que incluyó 7 casos sobre 6 pacientes atendidas en el Servicio de Obstetricia del Hospital Naval Pedro Mallo de Buenos Aires, entre abril de 2004 y abril de 2025, a quienes se indicó cerclaje abdominal tras el fracaso de cerclajes vaginales previos.
Frente a pacientes con indicación de cerclaje abdominal el protocolo de manejo indica:
- En pacientes con diagnóstico y deseos de paridad, realizarlo previo a la concepción.
- En pacientes que se presenta durante la gestación, una vez realizado la evaluación anatómica del primer trimestre y el screening de aneuploidías se realiza por vía laparoscópica. Si la paciente concurre luego de la semana 14 se realiza mediante una laparotomía hasta la semana 18 inclusive dialogando con la paciente los riesgo de la intervención a esta edad gestacional.
La información fue organizada con el fin de describir las indicaciones para la intervención, el seguimiento clínico y los desenlaces materno-fetales. Se analizó especialmente la aparición de las complicaciones en el corto, mediano y largo plazo y los resultados obstétricos.
Como se mencionó previamente, el estudio comprende siete casos correspondientes a seis pacientes. La diferencia radica en que una de ellas logró un segundo embarazo de término sin requerir una nueva intervención.
Criterios de inclusión
Se incluyeron pacientes con diagnóstico de ICC que cumplieran los siguientes criterios:
- Antecedentes de fracaso en uno o más cerclajes vaginales.
- Historia de parto prematuro o pérdidas fetales en el segundo trimestre.
- Indicación de cerclaje abdominal en contexto de prevención primaria (previo a la concepción o durante el primer trimestre del embarazo).
- Cerclaje Abdominal en embarazo previo.
- Seguimiento clínico completo en nuestra institución, incluyendo el procedimiento quirúrgico y controles evolutivos.
Criterios de exclusión
Fueron excluidas las pacientes que presentaran:
- Malformaciones uterinas mayores.
- Infección intrauterina activa al momento del procedimiento.
- Hemorragia activa o comorbilidades obstétricas que contraindiquen la cirugía.
- Indicación de cerclaje en contexto de prevención secundaria (modificaciones cervicales ya evidentes en la gestación actual).
Esquema 1: Población analizada

Procedimiento quirúrgico
Todas las intervenciones fueron realizadas por el mismo equipo quirúrgico especializado en cirugía mínimamente invasiva, lo que aseguró uniformidad técnica y estandarización en la ejecución del procedimiento. En todos los casos se utilizó anestesia general, y se empleó material de sutura no reabsorbible de alta resistencia (Mersilene o Prolene).
El protocolo postoperatorio incluyó reposo relativo y tratamiento médico complementario individualizado. Todos los embarazos fueron finalizados por cesárea, y la sutura del cerclaje se dejó in situ, considerando la planificación reproductiva futura.
Técnica quirúrgica
Se empleó la técnica laparoscópica basada en la descripción de Benson, adaptada a las características anatómicas del útero según el momento gestacional.
En los casos realizados durante el primer trimestre, se incorporó una modificación técnica desarrollada en nuestra institución para optimizar la exposición quirúrgica en úteros de mayor volumen.
Pasos fundamentales de la técnica:
- Acceso laparoscópico y exposición uterina
La paciente es colocada en posición de litotomía modificada. Se establece el neumoperitoneo mediante técnica cerrada (aguja de Veress), seguido de la colocación de tres a cuatro trocares. Se realiza una inspección sistemática de la cavidad abdominopélvica, identificando el útero, las estructuras anexiales, los ligamentos redondos, las arterias uterinas, la vejiga y los uréteres. - Modificación técnica en útero grávido (primer trimestre)
En los procedimientos realizados en gestaciones en curso, se confeccionan ojales bilaterales a nivel parametrial, por debajo de los ligamentos redondos. A través de estos, se coloca una sutura auxiliar que permite traccionar suavemente el útero, facilitando su manipulación externa sin comprometer su integridad. - Disección del espacio avascular y confección del túnel
Se diseca cuidadosamente el espacio avascular del istmo uterino, medial a los vasos uterinos, preservando la integridad de las estructuras vasculares y de los uréteres. Se crea un túnel bilateral que permite el pasaje de la banda de cerclaje de forma precisa. - Colocación del cerclaje
Se introduce una aguja laparoscópica diseñada para tal fin, cargada con cinta de Mersilene o Prolene. La misma es posicionada desde anterior hacia posterior a través del túnel creado, rodeando el istmo uterino en ambos lados hasta lograr una circunvalación completa. - Ajuste y fijación
Se ajusta la cinta con una tensión controlada, verificando su adecuada ubicación mediante visión directa. El nudo fue confeccionado en la cara anterior del istmo, mediante técnica intracorpórea o extracorpórea, según el caso. En algunos procedimientos se optó por cubrir el cerclaje con peritoneo reabsorbible. - Verificación final y cierre
Se corrobora la hemostasia y la posición definitiva del cerclaje. Posteriormente se retiran los trocares, se evacúa el neumoperitoneo y se cierran las incisiones cutáneas.







Figura 1: Técnica Laparoscópica empleada en nuestra Institución
Variables analizadas
Se recopilaron y analizaron las siguientes variables:
- Características demográficas y obstétricas: edad, paridad, antecedentes de parto prematuro o pérdidas fetales.
- Momento del cerclaje abdominal: preconcepcional, primer trimestre o en embarazo previo.
- Evolución clínica: presencia de complicaciones postoperatorias, edad gestacional al parto, desenlaces materno-fetales.
- Resultados perinatales: peso al nacer, morbilidad neonatal, ingreso a unidad de cuidados intensivos neonatales.
- Complicaciones relacionadas al procedimiento: descritas previamente.
- Tratamiento y procedimientos médicos complementarios: uso de tocolíticos, antibióticos profilácticos, progesterona y otros fármacos según criterio clínico, realización de cultivos.
- Internación post quirúrgica: duración del ingreso hospitalario y necesidad de hospitalización prolongada.
- Número de embarazos luego del Cerclaje Abdominal
Los datos fueron obtenidos del archivo de historias clínicas institucionales y analizados mediante estadística descriptiva.
Descripción de Casos Clínicos
|
Caso |
Edad Materna |
Paridad |
Antecedentes |
Hijos vivos |
Tipo de Prevención |
|
1 |
27 |
G3Pi2 |
Aborto tardio del segundo trimestre sin respuesta al cerclaje vaginal |
0 |
Primaria |
|
2 |
31 |
G4AbT1Ab1Pi1 |
Aborto tardio del segundo trimestre sin respuesta al cerclaje vaginal |
0 |
Primaria |
|
3 |
38 |
G5Ab1C1Pi2 |
Parto Inmaduro sin respuesta al cerclaje vaginal |
1 |
Primaria |
|
4 |
24 |
G4P2Pi1 |
Parto Inmaduro sin respuesta al cerclaje vaginal |
1 |
Primaria |
|
5 |
29 |
G4AbT3 |
Aborto tardio del segundo trimestre sin respuesta al cerclaje vaginal |
0 |
Primaria |
|
6 |
41 |
G5AbT2Ab1C1 |
Aborto tardio del segundo trimestre sin respuesta al cerclaje vaginal |
1 |
Primaria |
|
7 |
36 |
G4Pi2C1 |
Cerclaje Abdominal en Embarazo Previo (Caso 1) |
1 |
Primaria |
Tabla 2: Historia Obstétrica previa al Cerclaje Abdominal según cada caso.
|
Caso |
Momento de Colocación |
Sutura |
Urocultivo y Cultivo de Flujo Previos |
Tratamiento Médico acompañante |
Días de Internación |
|
1 |
14.0 Semanas |
Prolene |
No |
Progesterona Indometacina |
1 |
|
2 |
12,1 Semanas |
Mersilene |
No |
Progesterona Indometacina |
1 |
|
3 |
14.5 Semanas |
Prolene |
Negativo |
Progesterona |
2 |
|
4 |
13.3 Semanas |
Mersilene |
Negativo |
Progesterona Indometacina |
2 |
|
5 |
Preconcepcional |
Mersilene |
Negativo |
Progesterona |
1 |
|
6 |
Preconcepcional |
Mersilene |
Negativo |
Progesterona |
1 |
|
7 |
Embarazo Previo |
Prolene |
No |
Progesterona |
- |
Tabla 3: Especificaciones previas al procedimiento y del procedimiento según cada caso
|
Caso |
Via de Nacimiento |
Semana de Finalizacion |
Peso (gr) |
Complicaciones Maternas |
Complicaciones Neonatales |
|
1 |
Cesarea Abdominal |
38 |
3230 |
No |
No |
|
2 |
Cesarea Abdominal |
26 |
870 |
Desprendimiento de Placenta |
Muerte Neonatal (5 días) |
|
3 |
Cesarea Abdominal |
37.3 |
2740 |
No |
No |
|
4 |
Cesarea Abdominal |
31.3 |
1690 |
No |
SDR transitorio (3 días) Termorregulación deficiente |
|
5 |
Cesarea Abdominal |
37.2 |
2950 |
No |
No |
|
6 |
Cesarea Abdominal |
37.6 |
3250 |
No |
No |
|
7 |
Cesarea Abdominal |
38 |
3020 |
No |
No |
Tabla 4: Resultados Obstétricos según cada caso.
Resultados
Se analizaron un total de siete casos (N = 7) con diagnóstico de insuficiencia ístmico-cervical. El primer caso analizado, logró dos gestaciones a término luego de la realización del cerclaje abdominal. El segundo embarazo del mismo, corresponde a la descripción del caso siete.
Las pacientes incluidas tuvieron en su totalidad, antecedente de pérdidas gestacionales en el segundo trimestre y de fallos documentados en cerclajes vaginales.
La indicación de cerclaje abdominal laparoscópico correspondió en todos los casos a un contexto de prevención primaria.
Momento del procedimiento
La distribución, según el momento de la intervención, evidenció que en cuatro casos (57%), el cerclaje fue realizado durante el final del primer trimestre del embarazo luego de la evaluación ecográfica de la anatomía y su riesgo de aneuploidías (edad gestacional media al momento de la cirugía: 13,5 semanas; rango: 12,1–14,5), mientras que en dos casos (28%) se llevó a cabo durante el período preconcepcional. Se documentó un caso de un segundo embarazo con el mismo cerclaje abdominal.
Técnica quirúrgica y material empleado
En todos los casos, se utilizó la vía laparoscópica como abordaje quirúrgico, con una tasa de éxito técnico del 100%, sin conversiones a cirugía abierta ni incidencias intraoperatorias.
Aquellas pacientes que fueron intervenidas durante el primer trimestre se realizó una variación en la técnica quirúrgica descrita en materiales y métodos con la finalidad de movilizar el útero con mayor facilidad.
En cuanto al material de sutura, se utilizó cinta de Mersilene en cuatro pacientes (66,7%) y Prolene en dos (33,3%). No se identificaron diferencias clínicas ni quirúrgicas atribuibles al tipo de material utilizado, con resultados perinatales comparables entre ambos grupos.
Tratamiento médico complementario
En la totalidad de los casos se indicó progesterona micronizada 200 mg/día como tratamiento complementario. Tres de los mismos (42,8%) recibieron además indometacina en las primeras 24 hs por referir molestias abdominales en el posoperatorio, sin que esta combinación demostrara un impacto diferencial en los resultados obstétricos.
En 2 de los casos (28,7%), se administraron corticosteroides prenatales para la realización de maduración pulmonar fetal.
Evaluación microbiológica preoperatoria
Los estudios microbiológicos (urocultivo y cultivo de flujo vaginal) se realizaron en cuatro de los casos (57%), con resultados negativos en todos los casos. En los tres restantes (42,8%), estos no se realizaron de forma sistemática.
La ausencia de diferencias en la evolución clínica sugiere que dichos cultivos no modificaron el pronóstico inmediato ni de mediano plazo.
Complicaciones y desenlaces
No se reportaron complicaciones intraoperatorias ni postoperatorias inmediatas en ninguna de las pacientes. La tasa de eventos adversos quirúrgicos, por lo tanto, fue nulo en nuestro reporte. La estadía hospitalaria luego del procedimiento fue de un día en 4 pacientes, mientras que en los casos restantes fue de 2.
Es fundamental destacar que, todas las cirugías fueron realizadas por el mismo equipo quirúrgico, lo que garantizó homogeneidad técnica y control de sesgos operatorios.
En cuanto a los desenlaces obstétricos, se registró un desprendimiento prematuro de placenta normoinserta, sin relación causal evidente con el procedimiento quirúrgico.
Todas las pacientes alcanzaron la viabilidad fetal y lograron nacimientos por cesárea, cinco a término y uno pretérmino por un trabajo de parto prematuro (31) y el resta por un desprendimiento de placenta normoinserta. Cabe destacar que una de las pacientes mencionadas ha logrado dos embarazos de término con el mismo cerclaje abdominal. En relación a la paciente con un trabajo de parto prematuro a las 31 semanas, la indicación fue la falla previa del cerclaje vaginal en su embarazo previo que alcanzó las 28 semanas.
Discusión
Desde 1965, momento en el cual se describió la técnica del cerclaje abdominal, la principal indicación fue algún defecto anatómico que no permitiera su realización por vía vaginal.
En la actualidad, la indicación principal es la falla en un cerclaje vaginal previo, probablemente a una disminución de la agresividad en los tratamientos del tracto genital inferior.
La adecuada selección de pacientes resulta esencial para optimizar los resultados del cerclaje. De acuerdo con las recomendaciones de la ACOG, el cerclaje abdominal puede ser considerado en mujeres con un único antecedente de insuficiencia cervical documentada, siempre que exista una falla previa del cerclaje transvaginal (17). En contraste, tanto el RCOG como la SOGC indican el cerclaje abdominal tras el fracaso del abordaje vaginal, aunque establecen como criterio inicial para indicar este último la presencia de al menos dos pérdidas gestacionales previas en el segundo trimestre (18,19).
En nuestra serie, la mayoría de las pacientes presentaban dos o más antecedentes de pérdidas gestacionales en el segundo trimestre, por lo que inicialmente se les indicó cerclaje vaginal. Sin embargo, en consonancia con lo establecido por las guías, la falla de este abordaje en un solo evento fue suficiente para indicar el cerclaje abdominal.
Estos hallazgos, refuerzan la importancia de identificar precozmente a pacientes con alto riesgo de parto prematuro o pérdida gestacional tardía, a fin de implementar intervenciones eficaces en etapas tempranas del embarazo o en la etapa preconcepcional. De esta manera, se podrá realizar un enfoque que permitirá alcanzar tasas elevadas de éxito en los desenlaces obstétricos.
Preparación prequirúrgica
En el estudio realizado por Chen et al., se recomienda que el cerclaje abdominal por vía laparoscópica sea efectuado antes de las 14 semanas de gestación, dado que en semanas posteriores se incrementa el riesgo de aborto espontáneo (22). En nuestra cohorte, todas las pacientes fueron intervenidas antes de las 14 semanas de edad gestacional, sin registrarse complicaciones posteriores al procedimiento. Por ende, estos hallazgos respaldan la importancia de la edad gestacional como factor determinante del éxito del mismo.
La preparación prequirúrgica es otro determinante del éxito del procedimiento. En nuestra institución se implementó un protocolo basado en antibióticos profilácticos intraquirúrgicos, progesterona y en ciertos casos indometacina.
En nuestro estudio, todas las pacientes recibieron progesterona como parte del manejo preventivo. Actualmente un metaanálisis Aubin et al (21) reveló que la combinación de progesterona vaginal y cerclaje cervical se asoció con un menor riesgo de parto prematuro en comparación con el cerclaje como única medida.
En cuanto a la indometacina, su uso sigue siendo controversial. Mientras que estudios como los de Mays et al. (2000) reportaron una reducción de contracciones postoperatorias, Chalupska et al. (2021) han señalado riesgos asociados al cierre prematuro del ductus arterioso (25). En nuestra serie, el 42% de las pacientes recibieron indometacina sin efectos adversos neonatales.
Procedimiento quirúrgico
El cerclaje abdominal puede realizarse mediante laparotomía o laparoscopia. La técnica convencional por laparotomía ha demostrado tasas de supervivencia fetal elevada, con buen control de la incompetencia cervical a largo plazo (26,27). Sin embargo, este abordaje implica un mayor tiempo de recuperación, más dolor postoperatorio y mayor riesgo quirúrgico en comparación con la laparoscopia sumado al breve intervalo entre el procedimiento y la cesárea abdominal posterior.
El cerclaje abdominal laparoscópico ha ganado protagonismo debido a sus beneficios en términos de menor dolor, recuperación más rápida y reducción del tiempo de hospitalización. Un análisis de casos reportó que, cuando se realiza en el primer trimestre o en el intervalo entre embarazos, la mediana de gestación al nacimiento es de 37.2 semanas, con una supervivencia neonatal del 80% (28). Otro estudio evidenció el éxito de esta técnica en pacientes con antecedentes de cerclajes vaginales fallidos, logrando embarazos a término sin complicaciones (29).
Al centrarnos en sus múltiples beneficios, es fundamental destacar las ventajas del cerclaje abdominal frente al abordaje vaginal. Esto se debe principalmente a su colocación más cercana al orificio cervical interno, lo que reduce considerablemente la posibilidad de migración de la sutura. Además, al no existir un cuerpo extraño en la cavidad vaginal, disminuye notablemente el riesgo de infecciones asociadas.
Diversos estudios, como el de Warren et al. (30), han planteado que la infección vaginal relacionada con la presencia de un cuerpo extraño podría ser un factor clave en las fallas del cerclaje vaginal. La colocación del cerclaje abdominal en condiciones estrictas de asepsia podría minimizar esta complicación al evitar la exposición directa a la flora vaginal, ofreciendo así una alternativa más segura desde el punto de vista microbiológico. En nuestra experiencia, ninguno de los casos presentó infecciones relacionadas con el acto quirúrgico.
Por otra parte, es destacable mencionar la ventaja mecánica propia del cerclaje abdominal. Esto radica en su localización anatómica más próxima al orificio cervical interno, proporcionando un soporte más eficaz clave para contrarrestar los cambios cervicales inducidos por el crecimiento uterino. En contraste, el cerclaje vaginal actúa principalmente sobre el tejido cervical, que es más susceptible a cambios estructurales y funcionales durante la gestación, el cerclaje abdominal ejerce una acción directa sobre las fibras musculares del segmento uterino inferior, mejorando considerablemente la resistencia al borramiento y la dilatación cervical.
Esta superioridad anatómica podría explicar las mayores tasas de éxito reportadas en cerclajes abdominales en comparación con la vía vaginal. Así es como este hecho se ve reflejado en nuestros resultados donde todos los casos descritos presentaron fallas en el cerclaje vaginal pero no obtuvimos complicaciones a corto, mediano o largo plazo por el cerclaje abdominal y los resultados materno fetales fueron óptimos. Enfatizando en este concepto, uno de nuestros casos, logró un segundo embarazo de término nueve años luego de la colocación del cerclaje sin presentar ningún evento adverso.
El procedimiento puede realizarse antes de la concepción, en pacientes que planean concebir, o al inicio del embarazo, tras una evaluación ecográfica del embrión. No existe consenso sobre el mejor enfoque. Ningún estudio aleatorizado ha comparado los resultados del cerclaje antes de la concepción con el postconcepcional, pero existen datos observacionales que se analizan a continuación.
Entre las ventajas de la colocación antes de la concepción se incluyen (31):
- El cirujano tiene una exposición óptima.
- Se elimina el riesgo de lesiones durante el embarazo.
- Se reduce el riesgo de sangrado excesivo relacionado con el procedimiento en comparación con los procedimientos realizados durante el embarazo.
- Puede ser más exitoso; sin embargo, los datos son inconsistentes y observacionales.
Respecto a su colocación al final del primer trimestre o principios del segundo trimestre: Las ventajas incluyen:
- Se pueden descartar anomalías estructurales fetales importantes y disponer de información del cribado temprano de aneuploidías (si se desea) antes de la colocación del cerclaje.
En nuestro protocolo optamos por su realización en forma preconcepcional para aquellas pacientes que consultan con anticipación. Reservando la indicación postconcepcional en aquellas pacientes cuya consulta es posterior.
La literatura actual respalda que, si bien se trata de un procedimiento quirúrgico más invasivo, el cerclaje abdominal proporciona una protección, como se mencionó anteriormente, más firme y sostenida frente a la incompetencia cervical, lo que justifica su indicación en contextos clínicos cuidadosamente seleccionados.
Este debate ha generado y continuará generando un amplio intercambio entre especialistas del tema sobre si el futuro del manejo de la insuficiencia cervical debería orientarse hacia el cerclaje abdominal como estrategia de primera línea, sin mediar un intento previo por vía vaginal.
Las implicancias no son menores: el impacto emocional tras la pérdida de un embarazo que podría haberse evitado, la mayor exigencia y conocimiento de las pacientes, la creciente tendencia a nivel mundial a embarazos en edades más avanzadas, y el alto costo de las técnicas de reproducción asistida, obligan a replantear con seriedad el enfoque actual. En este escenario, el cerclaje abdominal se perfila no solo como una alternativa técnica, sino como una oportunidad concreta de ofrecer a ciertas mujeres una opción más segura.
Por último, en nuestro estudio, todas las pacientes fueron abordadas por vía laparoscópica, lo que se relaciona con una estancia hospitalaria promedio de 24 horas, sin superar las 48-72 horas reportadas para la laparotomía (32,33). Esta vía fue la elegida no solo por sus beneficios sino por contar con profesionales experimentados en la técnica, hecho no menor ya que en diversas guías la única contraindicación en la realización de cerclajes abdominales es la falta de personal capacitado.
Tipo de sutura
El material de sutura es un aspecto relevante en el éxito del cerclaje abdominal. Roman et al. (2015) demostraron que el uso de Mersilene reduce la tasa de fracaso en un 20% en comparación con suturas absorbibles (34). En nuestra serie, todos los cerclajes fueron realizados con Mersilene y Prolene, sin diferencias significativas en los resultados entre ambos materiales. Esto coincide con estudios previos que resaltan la importancia del uso de suturas no absorbibles para garantizar la efectividad del procedimiento.
Complicaciones maternas y fetales
Las complicaciones maternas asociadas al cerclaje abdominal varían entre el 5-10% en la literatura internacional, incluyendo hemorragia intraoperatoria, infección y lesiones a órganos adyacentes (35). En nuestro estudio, no se registraron complicaciones maternas graves, lo que sugiere que la técnica quirúrgica empleada es segura y reproducible si se realiza en el momento, paciente, con los materiales y personal adecuado.
Por otro lado, en nuestra cohorte, la tasa de nacidos vivos alcanzó valores similares a los de referencia (80-85%). Además, el único caso sin éxito se debió a un desprendimiento de placenta normoinserta, sin relación con el cerclaje per se, lo que reafirma la seguridad de esta técnica en pacientes seleccionadas.
Edad gestacional al parto
La edad gestacional al momento del nacimiento es un indicador clave de éxito en pacientes con incompetencia cervical tratadas con cerclaje abdominal. En nuestra serie, la mediana de edad gestacional al nacimiento fue de 37.4 semanas, en línea con estudios como el de Berghella et al. (2013), que reportan un rango promedio de 36-38 semanas en pacientes con cerclaje abdominal (30). Esto refuerza la idea de que esta intervención no solo prolonga la gestación, sino que permite alcanzar edades gestacionales óptimas para la supervivencia neonatal.
Conclusión
El presente estudio reafirma la importancia del cerclaje abdominal laparoscópico como una herramienta fundamental en el manejo de la incompetencia cervical en pacientes con fallos previos de cerclaje vaginal o con anatomía cervical desfavorable.
Nuestros hallazgos respaldan su seguridad y utilidad, alineándose con la evidencia internacional y destacando ventajas clave como una recuperación más rápida, menor morbilidad quirúrgica y buenos desenlaces perinatales. Además, la ausencia de complicaciones maternas graves y la baja incidencia de complicaciones fetales en nuestra cohorte consolidan al cerclaje abdominal laparoscópico como una alternativa viable en pacientes correctamente seleccionadas.
Uno de los aspectos más relevantes de este trabajo es la experiencia adquirida en nuestra institución en la aplicación de esta técnica, permitiendo estandarizar un protocolo de selección.
A pesar de que la evidencia sobre el cerclaje abdominal laparoscópico aún es limitada, nuestro estudio aporta datos concretos sobre su aplicabilidad en la práctica clínica, contribuye a la expansión del conocimiento en esta área y propone variantes en la técnica y el manejo de esta entidad que como ha sido reflejado, en nuestros resultados.
Este estudio avala la necesidad de continuar investigando en nuestra institución con mayor número de casos y seguimiento a largo plazo, para determinar con mayor precisión los beneficios de esta técnica, establecer recomendaciones más sólidas en su implementación y permitir la continua evaluación de este procedimiento en comparación con el abordaje vaginal.
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- Médico Residente de Ginecología y Obstetricia Hospital Naval Pedro Mallo Buenos Aires.
- Medico Staff Ginecología Hospital Naval Pedro Mallo
- Jefe de División Obstetricia Hospital Naval Pedro Mallo Buenos Aires