Acto de Apertura
(Discurso de Apertura del XXXI Congreso FASGO Salta 2016, a cargo del Presidente de FASGO, Prof. Dr. Samuel Seiref)
Buenas Noches
Es para mi un inmenso placer poder dar las palabras de bienvenida al XXXI Congreso Argentino de Ginecologia y Obstetricia de FASGO, a todos y cada uno de aquellos que conscientes de su responsabilidad social piensan diariamente en mejorar la atención médica de nuestras mujeres, su familia, la sociedad toda y en definitiva de nuestra nación.
El 6 de setiembre de este año FASGO que actualmente agrupa a 29 sociedades de obstetricia y ginecología de distintos puntos del país, y 19 sociedades adherentes dedicadas al estudio de algún aspecto particular de la especialidad, cumplió 60 años. Años que vieron cambios vertiginosos de todo tipo en la forma de vivir de los ciudadanos: sociales, en las comunicaciones, en el conocimiento, en la tecnología, en las exigencias, en los recursos, en la relación del médico con los pacientes y con la sociedad toda.
En estos 60 años, debido a los avances en telecomunicaciones junto con la divulgación más generalizada y rápida de información, las antiguas certidumbres ideológicas perdieron su reputación. A la intensa compresión del tiempo y del espacio, la diversidad cultural, la complejidad tecnológica y la incertidumbre científica, se ha sumado un cambio de paradigmas hacia el mantenimiento de la salud, la cuestión ambiental, los derechos humanos, el contacto cultural y los nuevos lenguajes científicos y tecnológicos
Aquel médico del siglo pasado al cual las familias esperaban respetuosamente cuando realizaba “las visitas a domicilio” con una toalla de hilo que “era la del doctor”, para el lavado de manos posterior al examen de la paciente, se ha convertido básicamente en un asalariado cuyas acciones se fundamentan principalmente en consensos y guías que se construyen según las evidencias más probables estadísticamente.
Las pacientes han cambiado. Tiene mayores expectativas y exigencias. Reclaman por sus derechos, demandan explicaciones, toman sus propias decisiones. Se irritan con los sistemas de salud a los que pertenecen, se enojan con el médico, a veces con razón y otras exigiéndole soluciones que no corresponden a su área de desempeño; toman turnos y dejan de asistir sin avisar, enojándose luego por la espera para una nueva consulta. Se sienten “dueñas” del médico porque pagan sus impuestos o una “cuota alta” en el prepago.
La organización de la salud y el modo de prestar asistencia médica también son diferentes, han cambiado y éste es un tema de discusión y análisis para equipos de profesionales especializados y los gobiernos. Son más frecuentes las situaciones de violencia. La falta de adherencia a las indicaciones médicas es otro problema no resuelto que se incrementa día a día, así como la automedicación y los prestadores de medicinas no convencionales (algunas sin ningún fundamento científico, filosófico, ni cultural).
Para poder ejercer una medicina con esas características es imprescindible, además de poseer los conocimientos científicos necesarios, conocer también cómo relacionarse con el paciente y sus familiares, cómo obtener información fidedigna, como brindarla, cómo explicar lo necesario para que el paciente entienda y pueda decidir y también, como un elemento esencial, cómo proveer de cuidado empático y compasivo sin verse afectado por las emociones que inevitablemente se despliegan en la relación y recaen en el profesional de la salud.
Ante ello somos una de las pocas profesiones que nos hemos autoexigido nuestra formación contínua, la actualización de nuestros conocimientos, el entrenamiento de nuestras destrezas y nuestro desempeño ético. Este no es un esfuerzo ni mérito menor.
En esta época de números, carente de ideales y valores, ser médico obstetra y/o ginecólogo, no es nada fácil, especialmente mantener el delicado equilibrio entre la vida de trabajo y la vida personal. Evidentemente en nuestro interior admitimos que vale la pena. La sensación del deber cumplido, el recuerdo y el reconocimiento, la sonrisa y el agradecimiento de las pacientes y sus familias como mejor paga, posiblemente sean la mejor respuesta a ello.
El Congreso Argentino de Ginecología y Obstetricia es el evento de mayor envergadura de FASGO y se ha constituido en una cita ineludible para quienes se dedican a la ginecología y la obstetricia en la República Argentina y países hermanos.
El complejo e intricado mundo científico que vivimos, reclama respuestas inmediatas a los problemas que enfrentamos los médicos, nuestras pacientes, sus familias y la sociedad. El Comité Científico ha trabajado arduamente para que el temario sea amplio, actualizado, interesante e innovador. Cada aspecto del cuidado a lo largo de la vida de la mujer será explorado, abarcando no solo temas de la práctica diaria sino también aquellos de futuro, desde los más simples a los más complejos, en una amplia variedad de formatos.
Para su desarrollo contamos con destacados referentes Nacionales y Extranjeros, quienes con mucha humildad y placer se han hecho un tiempo en sus intrincadas agendas para honrarnos con su presencia, intercambiar experiencias y compartir sus conocimientos, lo que nos llevará a mejorar nuestras labores.
El esfuerzo de los diferentes estamentos y el espíritu federal que impulsa el trabajo en FASGO, de los médicos que provenientes de todo el país se reúnen mes a mes, sin dudas se verá reflejado no solo en la actividad académica sino también en un marco de amistad que la trascienda, enriqueciéndonos en lo profesional y en lo humano.
Vaya el reconocimiento a la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Salta toda, que nos recibe en esta hermosa tierra con la diversidad de sus paisajes, su historia, su riqueza cultural y la cordialidad de su gente.
A las AUTORIDADES DE FIGO y FLASOG que han visto en nuestro grupo de trabajo el esfuerzo por crecer y progresar y no han dudado nunca en apoyarnos e incluso estimularnos para que mejoremos día a día.
A los que llamamos invitados extranjeros que, no siento tales, sino hermanos que viven alejados y vienen a compartir preciosos momentos con nosotros.
Quiero agradecer muy especialmente a María Silvia y a nuestras expertas secretarias de FASGO Edith y Gabriela, quienes con todo su amor, dedicación, comprensión y sobretodo paciencia, han hecho nuestra tarea más fácil y amena, tolerando estoicamente nuestras permanentes demandas en un marco insuperable para el desarrollo de nuestros quehaceres.
A las Empresas, que como lo hacen habitualmente, colaboraron y aportaron para alcanzar el ansiado éxito. Esperamos que la numerosa concurrencia recompense sus esfuerzos.
Tambien quiero reconocer a nuestros maestros y amigos por su el aporte invalorable, la confianza, el apoyo y el juicio crítico, profundo y certero y especialmente a nuestras familias que diariamente sacrifican sus momentitos para que podamos trabajar en paz y felices para brindarnos a los demás.
Espero de corazón que quienes participen en el Congreso, regresen a su lugar de origen con la grata sensación de haber acrecentado sus conocimientos y sus amistades, y de haberlo hecho en el mejor marco posible para ello. Que el gran esfuerzo realizado en la organización para poder asistir se vea recompensado por la felicidad que lleva implícito el ejercicio de nuestra profesión y el beneplácito que significa la sonrisa de agradecimiento de nuestras pacientes y sus familias cuando la atención brindada es la mejor posible”.
A todos Muchas Gracias
Discurso de la Presidente de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Salta, Dra. María Cristina Sánchez Wilde.
Luego del mismo se ofreció a los asistentes un cóctel de bienvenida, con numerosos asistentes con quienes pudimos compartir la singular gastronomía salteña y un brindis augurando el éxito del Congreso