Fuente: Red Iberoamericana de Asociaciones de Adultos Mayores
En la última década la sociedad ha comenzado a tomar conciencia de una de las atrocidades más ocultadas en términos de su propio desarrollo: el maltrato doméstico, y el maltrato institucional, pero ello fundamentalmente referido a mujeres y niños.
Los administradores de la cosa pública y los propios medios de comunicación, han amplificado el conocimiento del maltrato doméstico como si fuere más ignominioso que el maltrato institucional, en muchos casos consecuencia del maltrato institucional propiciado por sus propias acciones u omisiones. Esa sensibilización positiva hacia los malos tratos se ha hecho extensiva a otro sector vulnerable que es el de los Adultos Mayores.
En términos de lo institucional, una de las causales fundamentales, tiene que ver con la baja calidad de las democracias de países no desarrollados como el nuestro, donde se disgrega el concepto de los derechos del de su respectivo ejercicio, generando la ficción de igualdad entre sus ciudadanos, cuando en realidad solo son “iguales” aquellos que tienen la disponibilidad material para ejercerlos. Es decir, “todos son iguales solo que algunos son más iguales que otros” ...