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Director Editorial: Dr. Bernardo Kupferberg | Secretario de Redacción: Dr. Pablo Sayago

Comité Editorial: Dr. Samuel Seiref - Dra. Claudia Travella | Comité Científico: Dr. Mariano Grilli - Dr. Horacio Crespo - Dra. Alejandra Julia Giurgiovich

Volumen 22 - Nº 4 - Noviembre de 2023

Derechos Vulnerados: Nuestra Mirada de los Nacimientos en Pandemia

Autores:
Paganini, Stella Maris1, Ramunno, Cintia2

Resumen

Bajo el contexto de la pandemia se generaron distintos protocolos sanitarios, que marcaron las pautas de prevención y atención de las personas gestantes. En el siguiente trabajo, escrito desde una perspectiva ecosistémica, resaltaremos la importancia del contacto precoz y el apego. Así como de la vivencia de esa experiencia de la mano de una pareja o un ser cercano que nos brinde seguridad y sostén.

Realizamos este trabajo corroborando los datos obtenidos a través del SIP, de un hospital de la provincia de Buenos Aires la metodología que utilizamos fue observacional y retrospectiva tomando como parámetro 2 años previos al año 2021 y englobando un total de 1898 personas. Es nuestra intencionalidad demostrar cuan esencial es nuestra una tarea, aun frente a la posibilidad de contagio, para asegurar que se continúen garantizando los Derechos Humanos, sin olvidarnos de la importancia de ofrecerles a nuestras gestantes un trato digno y lograr una experiencia de parto positiva.

Los resultados que obtuvimos fueron que previo a la pandemia casi un 93% de las usuarias que asistieron al Hospital tuvieron acompañantes durante el trabajo de parto y un 68% solo en la instancia del parto. No fueron los mismos números en el transcurso de la misma, en donde un 67% de las gestantes vivieron solas su trabajo de parto y un 82% no fueron acompañadas en sus partos.

Palabras claves: maternidad – pandemia – rol de la obstétrica – epigenética – hora de oro – influencia cultural.

El Relato de Ana...

Ana, Anetta como le decimos en nuestro grupo de amigas, es licenciada obstétrica, la conocimos en los pasillos de la facultad de medicina, cuando compartimos el mismo sueño, “ser parteras”.

Nació en Olavarría, vino a vivir a capital para poder estudiar, junto con su hermana. Donde se enamoró de Fede y armaron una hermosa familia que ya tiene un pimpollo que se llama Felipe. Ana fue mamá por segunda vez en el mes de abril del año 2020, la llegada al mundo de Benicio fue en medio del caos total, en plena cuarentena estricta y el mundo con el freno de mano intentando aprender qué era este virus que nos iba a dejar tanto tiempo en stand by.

Ella nos contó que su parto fue hermoso, que tenía mucho miedo, sobre todo, temor al contagio de su hijo recién nacido. Durante su internación, solo estuvo con su pareja, pero sin dudas ella anheló el abrazo de su madre. Sin poder recibir a otras personas, el reencuentro de éste grupo familiar tuvo que esperar algunos meses más.

Pero si pudo encontrar algo positivo en esta situación, y estuvo relacionado con el vínculo hacia el nuevo integrante, esa ausencia de visitas durante la internación los llevo a compartir exclusivamente ese espacio entre los tres, a descubrirse, no existieron factores de distracción, ni bullicio, ni incomodidad en esas primeras horas de inicio en la lactancia. Además, hubo tiempo para seguir descubriéndose en casa, los cuatro, sin una pareja que tuviese que retomar sus tareas laborales fuera del hogar, un puerperio distinto, con faltas, pero con el amor de su compañero presente.

El relato de Ana, fue una vivencia excepcional en la que tuvo la fortuna de compartir junto a su pareja la llegada de este nuevo ser, pero esa no fue una posibilidad que todos han podido transitar, mientras los profesionales de la salud aprendíamos a ponernos el equipo de protección personal (EPP) y a cuidarnos, se fueron dejando de lado e invisibilizando muchas cuestiones desde una mirada emocional y desde el lado más humano, en el acompañamiento de estas familias.

Escuchar su relato, tan sabio y tan certero nos llevó a que armemos este trabajo. La foto a continuación fue tomada en la llegada de Benicio, los protagonistas nos autorizaron a que la usemos.

Revista 12 01

Derechos Vulnerados

Aspectos emocionales e impacto psicológico de la pandemia en la vivencia materna, en la atención al parto y nacimiento.

Introducción

¿Que nos dejó la historia?

Con el origen de la vida y la llegada de un nuevo ser se genera un acontecimiento, cargado de un significado cultural, que va a ocurrir en una época determinada y en un contexto específico.

En las sociedades occidentales el qué, cómo, quién y por qué cuidar los procesos relacionados con el nacimiento, se han modificado con los años y conforme a la evolución social. En los primeros tiempos, la información que se conoce, es que era un suceso muy privado, acompañado o apoyado entre mujeres. Luego, fue rompiéndose esa intimidad y pasó a ser un acto de interés social y por lo tanto tenía valor a nivel político y económico, y por ello debía ser controlado. A raíz de todo esto, es que cambia el sitio donde se producirían los partos, así como sus participantes.

Por lo tanto, el momento histórico en el que ocurre el nacimiento, determinará entre otros aspectos la compañía que tendrá la mujer en el momento de parir, la presencia de familiares o de su pareja y cuál será la figura que auspiciará de experta en este suceso.

Por lo tanto, es un acto que trasciende las paredes del hogar, porque impacta a nivel familiar y social. Con él llega la esperanza y la ilusión.

El paradigma biomédico dominante ha generado que se vayan perdiendo las creencias y prácticas arraigadas y transmitidas por generaciones. Se han establecido cambios en muchos de los estadios por los que transita el ser humano y su comunidad, encontrándonos ahora con formas muy distintas de nacer y de parir. Son ahora, los profesionales de la salud los principales controladores de todo el proceso de maternidad, tanto del embarazo, como del parto y el puerperio. A pesar que fisiológicamente todos estos son procesos universales, serán moldeados por la influencia cultural, dejarán entonces, de ser un acto meramente biológico, para irse modificando según la sociedad en la que se encuentren.

¿Qué fue lo que nos inquietó?

Hoy en día todos nuestros saberes con respecto al Sars Cov-2 están en construcción y la información fue mutando día a día.

La primera medida que se tomó inicialmente fue la separación de los recién nacidos de sus madres, mientras que las parejas o acompañantes quedaron completamente excluidos de este encuentro. Se siguieron protocolos armados por los distintos nosocomios que dejaron a un lado lo que marcaba la OMS. Si bien esto fue porque lo que conocíamos, a través de los antecedentes de las epidemias anteriores de coronavirus (como el Sars y el Mers), habían sido bastantes más severas con las embarazadas que este tipo de cepa.

Luego se comprendió que la separación de esta tríada ocasionaría más consecuencias que beneficios, afectando directamente a la lactancia y sobre todo al “vínculo” entre ellos.

¿Qué nos dice la Organización Mundial de la Salud/ OMS?

TODAS LAS MUJERES TIENEN EL DERECHO A UNA EXPERIENCIA DE PARTO POSITIVA, TENGAN O NO UNA CONFIRMACIÓN DE LA INFECCIÓN COVID-19

Durante el desarrollo de esta pandemia, nosotras como profesionales obstétricas notamos los cambios que se fueron dando en el pensamiento de los profesionales y el miedo que nos provocó en sus inicios acompañar a la gestante en el proceso de embarazo y parto por el temor a contagiarnos y el pánico a enfermar a nuestros familiares y compañeros.

Objetivos

  • Que el profesional de la salud reconozca cuales son las prioridades en su atención y que pueda valorar el proceso del nacimiento desde una perspectiva ecosistémica[1] observándolo desde una mirada global y holística.
  • Que puedan tener en cuenta la transcendencia del parto en la vida de las personas y actúen en pos de ello.
  • Que el profesional conozca y respete los tiempos fisiológicos del parto, aun en pandemia. Siendo guardianes de los derechos de las gestantes, respetando sus decisiones y escuchando sus inquietudes.
  • Propiciar ambientes fisiológicos que tengan en cuenta el acompañamiento y por sobre todas las cosas el trato respetuoso y digno. Fomentando que las mujeres transiten su parto de manera plena y autónoma.
  • Promover la capacitación constante del equipo de salud y de esta manera estemos actualizados sobre los protocolos a seguir.
  • Entender que cuando nos referimos a vulnerar los derechos de las madres y recién nacidos, estamos hablando de violencia obstétrica.

Método

El procedimiento elegido fue observacional y retrospectivo. Al comenzar a trabajar con la presencia del Covid 19 vivimos una lucha constante entre lo que nos marcaba el protocolo y lo que nos pedían las personas gestantes. Sus derechos fueron olvidados al no poder estar acompañadas por nadie de su elección. La falta de insumos, el temor al contagio, la necesidad de priorizar la cantidad de personas en espacios pequeños, entre otras tantas dificultades nos llevaron a omitir los deseos de las gestantes y su entorno. Estos hechos coincidían con los datos arrojados por la fuente de información que elegimos. Y la cual fue a través del sistema informático perinatal/ SIP de un Hospital de la provincia de Buenos Aires. El mismo se encuentra ubicado en ex ruta 8 km 20500 n°9100, Loma Hermosa, Partido 3 de febrero. Provincia de Buenos Aires.

Fecha de inicio: Marzo del año 2019

Fecha de finalización: Marzo del año 2021

Consideramos importante estas fechas de manera tal que podamos comparar el contexto en el que se daban los nacimientos en un período pre y durante la pandemia.

A continuación, expondremos los datos obtenidos, la variable que tomamos en cuenta tuvo que ver con la presencia o no del acompañante durante el trabajo de parto y el parto. El total de nacimientos fue de 1034 en el año 2019 y 2020 fue de 864.

Acompañante en el parto

Pre pandemia-2019

Pandemia-2020

Pareja/familiar/otro

67,4% - 697 nacimientos

18,9% - 163 nacimientos

Ninguno/ sin dato

2,6% - 337 nacimientos

81,1% - 701 nacimientos

Acompañante en el trabajo parto

Pre pandemia

En pandemia

Pareja/familiar/otro

92,6% - 957 nacimientos

33% - 285 nacimientos

Ninguno/ sin dato

6,4% - 77 nacimientos

67% - 579 nacimientos

Revista 12 01

Revista 12 01

¿Se puede entender como trato humano un protocolo que olvide la relación fisiológica entre la madre y el hijo al momento del nacimiento?

¿Qué pasa con esa triada? ¿Qué impacto tiene en esa familia la falta de vinculo en el primer encuentro?

¿Quiénes son los encargados de procurar los derechos de las gestantes?

En la búsqueda de respuestas ante estos interrogantes nos encontramos con información que transcribiremos en las siguientes páginas.

Según Michel Odent [2] y su libro “El nacimiento y los orígenes de la violencia” nos dice que: El ambiente que rodea a la mujer es fundamental en el momento del parto. Durante ese proceso el entorno desempeñará un papel clave. Desde el familiar que contiene, como el profesional de salud que debe dar tranquilidad, confianza e ir brindando información sobre todas las cosas que vayan sucediendo. Cuando el medio es el adecuado, puede hacer más agradable la experiencia, reducir las sensaciones de dolor, acelerar el trabajo de parto, minimizar el sufrimiento fetal y evitar la necesidad de cesáreas y alumbramientos instrumentales.

Las gestantes requieren estar acompañadas por su pareja, por alguien de su familia o de su entorno afectivo, tener apoyo, estar informadas, contar con una matrona que les infunda tranquilidad, confianza y, sobre todo, que se las escuche.

El transcurso del nacimiento es un proceso involuntario, el profesional NO puede ayudar en él. El asunto importante está en NO alterarlo.

Una persona en trabajo de parto, cuando llega a su internación se encuentra con la partera, su mirada amable, la sonrisa y los gestos tienen efectos beneficiosos.

Desde el primer momento en donde el recién nacido, fuera del útero y en un medio terrestre puede interactuar directamente con su progenitora y esta con aquel. Genera que se sientan conmovidas con observar por primera vez a su bebé, desean tocarlo, mirarlo y cerciorarse que está todo bien. A su vez los padres\madres lloran al notar que su hijo ha nacido y acompañan el parto-nacimiento como parte del equipo obstétrico.

Convirtiéndose este en un periodo crítico, de alta sensibilidad en los nuevos padres a los comentarios y conductas de quienes los rodean, incluidos el personal de salud. Recordarán detalles años después, las emociones que sintieron y lo que sucedió en el parto y en el postparto.

Un factor más en la formación del vínculo temprano es que haya contacto temprano del recién nacido con los nuevos padres.

La conexión piel con piel en las primeras horas es fundamental, donde el periodo sensitivo influencia de manera positiva en la diada. La Organización Mundial De La Salud recomienda que los recién nacidos, que no requieran cuidados especiales, deben relacionarse con sus progenitores de manera inminente dentro de la primera hora de nacidos.

En caso de en los partos vaginales el bebé es colocado en el vientre de su madre, permitiendo el primer contacto, aun antes de cortar el cordón umbilical. Ese encuentro inmediato piel con piel ayuda a regular la temperatura corporal del recién nacido, los expone a bacterias beneficiosas que se encuentran en la piel, fortaleciendo así su sistema inmune.

Es importante que el profesional de la salud potencie la fisiología, resguardando la intimidad de las personas, la libertad de movimientos, evitando intervenciones innecesarias, que se sientan cuidadas y contenidas, favoreciendo de esta manera una experiencia de parto positiva. Marcando la normalidad ayudaremos a la persona por parir a calmar la ansiedad. Hablar del dolor, explicarles que sabemos que este existe, negarlo ayudaría a pensar que no se sienten comprendidas ni escuchadas. La conversación en tono bajo, centrada en el conocimiento, la inducción a la respiración profunda, ayudarán a disminuir el miedo. No olvidemos que parir es un acto sexual.

Si afronta el trabajo de parto sola, el único pensamiento que girará obsesivamente es el temor, le faltará el reaseguro afectivo. Pánico al dolor, a no poder, a la posibilidad de un hijo no sano. La engloban emociones contradictorias y sentimientos persecutorios. El acompañante que se queda afuera se encontrará angustiado, y tendrá que trabajar luego en las bases de la relación futura extrauterina.

Las definiciones de un parto traumático van desde una respuesta negativa y debilitante a nivel fisiológico y emocional a partir del parto, donde muchas veces pueden llegar a creer que está en riesgo la vida del bebé. Como también a tener la sensación de no haber sido escuchados ni comprendidos por parte del profesional de la salud.

Marcas de Nacimiento

Desde una mirada haptonómica[3] en la vida intrauterina, el niño dependerá de las sensaciones que confirman su existencia y se mostrará muy sensible a los ofrecimientos de aprobación a los que responderá de manera variable en función de su disponibilidad.

El padre, llama al niño de una manera diferente. El niño percibe la cualidad de su acercamiento en función de las reacciones de la madre. Las modulaciones de la relación en el interior de la pareja parental son percibidas, sensorial y sensualmente por el tono de representación de la mamá. La tensión de la pared uterina se modifica, cambiando la elasticidad de su habitáculo que significa mayor o menor libertad motriz para él.

Las hormonas segregadas por la gestante modifican el gusto del líquido amniótico, puede decirse que una persona ansiosa y una alegre no tienen el mismo gusto. Todo esto conduce a variaciones en el ritmo cardíaco del bebé y en sentimientos de disconformidad e inseguridad.

Los padres y los acompañantes exteriores por distintas formas entran en contacto lúdico con el niño. Una mano liviana, ubicada de manera tierna y calma sobre el regazo, atraerá siempre al bebé. Le dará espacio, igual a si estaría acurrucándose. Sucede allí una vivencia de bienestar compartido que repercute en cada uno y deja marcas duraderas en lo íntimo afectivo. Los bebés intra-útero ya memorizan esas pequeñas secuencias de juego.

Si bien, no vive directamente las dificultades que atraviesa la madre, sino que se encuentra protegido, las vibraciones que se provocan a través de su piel hace que perciba los sonidos por lo que, las voces de su entorno ocupan un lugar importante.

Las experiencias emocionales de ambos padres tienen una importancia durante el embarazo, en el desarrollo del niño y la instauración de lazos en la triada. Todo esto jugará un importante rol en el momento del parto.

El nacimiento nos describe y nos marca, es vivido con intensidad por cada uno de sus protagonistas. Desde hace siglos, los mitos, rituales, costumbres evocan los signos del nacimiento y su importancia.

¿Qué es un recién nacido?

Es alguien que viene de pasar de un estado a otro trayendo consigo emociones y sensaciones fuertes. Todo lo afecta y es potencialmente amenazante. Viene de un mundo líquido, caliente, oscuro y cerrado en el que se movía libremente. Estaba en una convivencia casi simbiótica y se reencuentra separado, pero no autónomo ni independiente. Como todo ser humano está a la búsqueda de seguridad. En el momento del nacimiento, el universo sensorial se modifica profundamente: llega la gravedad y la luz, desaparece la placenta y el cordón que siempre habían estado allí, de manera olfativa, pulsátil, táctil.

Luego estará sometido a la gravedad, privado de la libertad de desplazarse, sintiendo frustración de la seguridad que antes le era habitual. Llega una sensación amenazante, el hambre y los cambios de posición.

Dentro del útero el sentimiento de mismidad del ser, como un concierto poli-sensorial formado por sus padres, donde sus voces se modulaban, se acercan, se alejan, pero aprende a reconocerlos, todo lo que entra en contacto con él, las emociones de la madre, la pulsatilidad de su ritmo cardiaco y pulmonar.

Las primeras horas y los primeros 14 días son esenciales. El recién nacido se abre al mundo, sus emociones son exacerbadas, dejando una marca profunda. Sus sentidos están en alerta. Muchas veces sus esfuerzos de adaptación, sufrimientos y temores pasan inadvertidos en los ojos del entorno. Esas marcas no van a ser visibles hasta mucho tiempo después en el camino del niño.

Él está listo a amar a quienes lo rodean para no perder la vida o el sentido común, rechazan la soledad en la que podrían ahogarse. La relación con su madre es tan íntima que, aunque este solo, no es libre, está ligado a ella a través de un lazo estrecho. El recién nacido siente la angustia/bienestar de ella. Si está mal, será capaz de aventurarse en la patología para que ella le haga sentir que no vive más que por él y para él. La presencia del padre\acompañante de esta diada oficia de pacificador.

Su tiempo es más lento que el nuestro. Su búsqueda de seguridad es excesiva. El lactante teje con lo que tiene para ser el ser y más tarde, ser con otros.

Conclusión

“La madre es el hábitat del recién nacido”[4] el contacto piel con piel lo ayudará a colonizarse por las bacterias de ella, generándose la microbiota, y esta tiene que estar integrada por sus colonias y las de su hogar, no por las del hospital, siempre teniendo en cuenta que esta separación no esté justificada clínicamente.

El marco legal vigente en la República Argentina nos señala las directrices que debemos tener en cuenta:

El acompañamiento durante el parto es un derecho, que se encuentra avalado por Ley nacional N° 25929 “Ley de parto respetado”, las decisiones de las personas gestantes deben ser escuchadas, deben ser protagonistas de este acto. Los profesionales de salud somos los encargados de que estos derechos sean garantizados. Cada institución debe tomar lo redactado en la ley y adaptarlo a su contexto.

La Ley Nacional n° 26.485- “Ley de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en ámbitos en que se desarrollan sus relaciones interpersonales”. Esta explica la violencia obstétrica y la define como la modalidad de violencia hacia las mujeres que ejerce el personal de salud sobre su cuerpo y sus procesos reproductivos, expresado como un trato deshumanizado y en la patologización de los procesos naturales.

Los derechos de los pacientes en relación con los profesionales e instituciones de la salud escritos en la Ley Nacional N° 26.529, garantizando los derechos de asistencia, de trato digno y respetuoso.

Han surgido muchas preocupaciones en las familias que no son tenidas en cuenta. Es decir, la atención está puesta en entender la enfermedad, sus procesos y su cura.

Las medidas estrictas de salud pública dirigidas a mitigar la propagación de la enfermedad son necesarias, pero como veníamos mencionando anteriormente tienen efectos psicológicos negativos que provocan estrés, ira y confusión.

El parto\nacimiento genera en la gestante un sin número de sentimientos y sensaciones, entre ellos tensión y ansiedad, se convierte en un evento altamente estresante en donde la coloca en un plano de vulnerabilidad, creando la necesidad y el fuerte deseo de un sostén. Contención que será aportada por la familia, pareja o un ser querido y que tiene varias funciones, una de ellas, es que aporta un apoyo emocional que incluye sentimientos, entre ellos de seguridad, afecto y sobretodo de confianza que le van a permitir comunicar sus deseos y miedos.

Por lo tanto, es fundamental desarrollar proactivamente estrategias apropiadas para aliviar el estrés, poder detectarlo, identificarlo, realizar las intervenciones necesarias evitando las consecuencias de un parto traumático, el cual es vinculado con una herida emocional que se valorará subjetivamente, como una experiencia en que la mujer se sintió desbordada no habiendo tenido una contención adecuada ni la posibilidad de un acompañante.

Estas secuelas no suelen ser visibles, pero sí tienen muchos efectos en la salud mental de la madre, van a condicionar la relación que ella tenga con su bebé, con su pareja, con su sexualidad y con los futuros embarazos.

La experiencia del parto puede ser traumática no solo para la madre, también para el bebé, para el padre o pareja, para la familia y hasta para los profesionales que lo han asistido. Integrar activamente al padre\madre en el proceso de la gestación, el parto y el nacimiento es una oportunidad de suma importancia para la vinculación del hijo/hija, con la pareja y con las responsabilidades de su crianza. Al mismo tiempo, aporta en la disminución de las inequidades de género, permitiéndoles vivenciar experiencias que antes eran exclusivas de las mujeres y posibilitándoles un rol activo en el proceso de crianza.

La pandemia y con ella el miedo al contagio, como desarrollamos a lo largo del trabajo, nos alejó de la embarazada, herramienta esencial en nuestro arte de acompañar los nacimientos. Este contexto también apartó a sus afectos de la posibilidad de vivenciar con ella ese momento, saber que en un hospital de la provincia de Bs As de 864 nacimientos entre 150 y 200 contaron con la posibilidad de algún tipo de acompañamiento y que eso implicó que más del 80% de las familias fueron vulnerados en sus derechos, privados de la posibilidad de generar un vínculo precoz y expuestos a una vivencia de inseguridad y soledad que los marcará en un futuro.

El equipo de salud debe aprender a ceder el protagonismo y entender que la nueva familia debe compartir ese espacio para poder así, generar un lazo inmediato y necesario. Unión fundamental para que, además, la lactancia se establezca. Los profesionales junto con las instituciones tenemos que garantizar los derechos de las familias en su conjunto y trabajar para que tengan una experiencia de parto positiva, aun en un contexto tan dificultoso.

Discusión

¿El equipo de salud que acompaña a las gestantes, debe reflexionar sobre las situaciones que ocurren en sala de partos?

¿Debe atravesarnos la sensibilidad para entender que somos nosotros los que permitimos o no las situaciones que ocurren?

¿Podemos entender que los eventos que suceden en la sala de partos marcan para toda la vida de la gestante?

¿Estamos preparados para no ser protagonistas?

Bibliografía

https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/51594/9789275332498_spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y

[1] Modelo de U. Bronferbrenner, psicólogo ruso que describió al ser humano como el resultado de una serie de interacciones, en los diversos sistemas en los que este se desenvuelve, logrando de esta manera una comprensión global, holística y multidisciplinaria.

[2] Michel Odent, es un médicoobstetrafrancés, y uno de los defensores más notables del parto fisiológico

[3] es la ciencia del sentimiento y de la vida afectiva estudia, describe los aspectos del contacto táctil, las interacciones y las relaciones afectivas entre los seres humanos a través del tacto.

[4]Nils Bergman: especialista sueco en neurociencia perinatal, uno de los fundadores del movimiento Kangaroo Mother Care y un promotor del contacto piel a piel entre una madre y un recién nacido


  1. Lic. obstétrica. Especialista en Salud sexual y reproductiva. Titular de guardia del Hospital Carlos Bocalandro (prov. Bs As). Suplente de guardia del Hospital Vélez Sarsfield (CABA)

  2. Lic. obstétrica. Especialista en Salud sexual y reproductiva. Suplente del Hospital Fernández (CABA)

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