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Director Editorial: Dr. Bernardo Kupferberg | Secretario de Redacción: Dr. Pablo Sayago

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Volumen 22 - Nº 3 - Agosto de 2023

Importancia de la Sacarosa Granulada como método alternativo para el tratamiento de heridas infectadas de Cesárea

Autores:
Dr. Romero Benítez, Juan Manuel1, Dra. Rivero, Mabel Itatí2, Romero Benítez3, Verónica Ayelén3, Dra. Frowen Ursula4

Resumen.

Objetivos

a. Demostrar el mecanismo de acción de los gránulos de sacarosa y las ventajas de la sacaroterapia en el tratamiento de heridas infectadas de cesárea.

b. Detallar en forma documentada y secuencial los resultados favorables de la aplicación de azúcar granulada en forma tópica en una paciente con infección de heridas quirúrgicas de cesárea.

Material y Método:

(Caso Clínico). Paciente de 24 años de edad G1C1 actual que cursando su décimo día posoperatorio de cesárea abdominal indicado por estado fetal no tranquilizador, consulta por fiebre y dolor en herida quirúrgica de cesárea. Se trató de un embarazo controlado y como dato de interés presentaba un índice de masa corporal elevado. Al momento de consulta se retira punto intradérmico de herida quirúrgica de pfannenstiel y se constata salida de material purulento, fétido y lecho quirúrgico en mal estado de evolución y se asume el diagnostico de dehiscencia total supraaponerótica de herida quirúrgica por obseso. Se interna la paciente, se indica doble esquema de ATB por vía parenteral y curación de herida quirúrgica con azúcar granulado dos veces al día. Al décimo día de internación la paciente sigue evolucionando en buen estado general y herida quirúrgica con buen tejido de granulación en toda su extensión.

Es dada de alta y se la cita por consultorio externo para curación de la herida con azúcar. A los 20 días de sacaroterapia se evalúa la herida quirúrgica y se constata buena evolución de cicatrización por tercera intensión. A los 35 días de curación se logra el cierre total de la herida quirúrgica.

Palabras Claves: azúcar, cicatrización, heridas infectadas, tejido de granulación.

Introducción

La cirugía se acompaña de heridas en partes blandas. Estas destruyen la primera barrera de defensa del organismo y se crea una puerta de entrada a microorganismos capaces de producir infección. Los antecedentes históricos que fundamentan el uso del azúcar, para el tratamiento de heridas se fue transmitiendo de forma oral con la medicina tradicional. En 1887 el doctor Lucke en la Universidad de Estrasburgo (Francia) inició investigaciones al respecto con el azúcar y la miel. En Argentina en 1980, el Dr. León Herezage empezó a utilizar la sacarosa como tratamiento de heridas complicadas, llevo a cabo trabajos experimentales con animales. En España en 1998, el enfermero Cid González, adquirió estas experiencias reportadas, para utilizar la sacarosa de forma habitual en la cura de heridas y úlceras1,2

El azúcar (sacarosa) ha sido usado durante muchos años para la cicatrización de heridas. Este tratamiento es conveniente y económico, aunque no es aséptico. Tras una búsqueda de trabajos, se encuentra evidencia de los buenos resultados del uso del azúcar en el tratamiento de las heridas infectadas. El azúcar crea un medio con alta osmolaridad o bajo contenido de agua, puesto que esta última y la linfa migran fuera del tejido, hacia la solución azucarada, con lo cual se inhibe el crecimiento bacteriano por disminución en la actividad del agua del sustrato. La linfa proporciona nutrientes a la estructura tisular, de manera que la citada sustancia atrae macrófagos, acelera el desprendimiento de tejido desvitalizado y necrótico, provee una fuente de energía local y forma una capa proteica protectora sobre la herida3

El azúcar define rápidamente los esfacelos y por sus propiedades facilita su eliminación. En dependencia de la velocidad de la resolución de la infección, se logra la cicatrización y cura definitiva de las heridas. Como consecuencia de los efectos descritos son mejores los resultados, en cuanto a la eliminación de los esfacelos en el grupo de estudio y, además, favorece los fenómenos de la rápida eliminación de los esfacelos de los tejidos desvitalizados, la mejor nutrición tisular4

Gozaine y González (1995), realizo un estudio que comparó dos grupos con heridas post-quirúrgicas infectadas, un grupo fue curado con curas diarias con solución estéril y azúcar, el otro grupo fue curado de igual forma pero sin azúcar. Se concluyó que el grupo tratado con azúcar tuvo un tiempo de hospitalización menor, la fetidez, pus y tejido necrótico desapareció más rápido, la cicatrización fue mucho más rápida en comparación con el grupo control5,6

Objetivos

a. Demostrar el mecanismo de acción de los gránulos de sacarosa y las ventajas de la sacaroterapia en el tratamiento de heridas infectadas de cesárea.

b. Detallar en forma documentada y secuencial los resultados favorables de la aplicación de azúcar granulada en forma tópica en una paciente con infección de heridas quirúrgicas de cesárea.

Material y Método:

(caso clínico). Paciente de 24 años de edad G1C1 actual que cursando su décimo día posoperatorio de cesárea abdominal indicado por estado fetal no tranquilizador, consulta por fiebre y dolor en herida quirúrgica de cesárea. Se trató de un embarazo controlado y como dato de interés presentaba un índice de masa corporal elevado. Al momento de consulta se retira punto de herida quirúrgica de pfannenstiel y se constata salida de material purulento, fétido y lecho quirúrgico en mal estado de evolución y se asume el diagnostico de dehiscencia total supraaponerotica de herida quirúrgica por obseso (Imagen N°1).

IMAGEN N°1.

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Se interna la paciente, se indica doble esquema de ATB por vía parenteral y curación de herida quirúrgica con azúcar granulado dos veces al día. (Imagen 2).

IMAGEN 2

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Al décimo día de internación la paciente sigue evolucionando en buen estado general y herida quirúrgica con buen tejido de granulación en toda su extensión (Imagen 3).

IMAGEN N°3.

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Es dada de alta y se la cita por consultorio externo para curación de la herida con azúcar. A los 20 días de sacaroterapia se evalúa la herida quirúrgica y se constata buena evolución de cicatrización por tercera intensión (Imagen 4).

IMAGEN N°4

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A los 35 días de curación se logra el cierre total de la herida quirúrgica (Imagen 5).

IMAGEN N° 5.

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Discusión:

El azúcar es un producto natural, el cual no hace falta esterilizar. No hemos encontrado contraindicaciones en el uso de heridas, ni efectos secundarios que hagan peligrar a la paciente que presentamos como caso clínico durante todo el tratamiento. Tan solo provoco un poco de escozor, picor, dolor o quemazón en el momento de la aplicación, por lo que se trató de un efecto adverso pasajero. Con la sacarosa el olor fétido desapareció a las 24 horas, los esfacelos desaparecieron entre los días 7 y 15 del inicio del tratamiento y a los 7 días del inicio apareció el tejido de granulación7,8

También con su aplicación le aumentamos la calidad de vida al paciente, ya que con ésta praxis hemos comprobado que cicatrizan bien las heridas y por lo tanto disminuyó su estadía en el hospital a pesar de ser una herida grave como el caso clínico que presentamos9

Se trata de una práctica segura avalado por las evidencias científicas que no causa ningún daño al paciente sino que solo son beneficios, como ya hemos visto los resultados a lo largo de las aplicaciones de azúcar10

De todos modos, creemos que es necesario estudiar más sobre el tema de heridas curadas con sacarosa ya que la bibliografía encontrada no es muy actual. Debido a la crisis mundial que se está sufriendo en la actualidad, es muy buen momento para recurrir al azúcar, ya que permite disminuir los costos al ahorrar en antibióticos, apósitos y materiales quirúrgicos que son más costosos11

Conclusión

La utilización de sacarosa granulada promueve la destrucción bacteriana y participa activamente en los mecanismos de cicatrización de heridas, fomentando la activación de macrófagos, eliminando secreciones purulentas y áreas de esfacelo. El tiempo de cierre de la herida va a depender de la extensión de la misma y de la respuesta tisular de cada individuo, por lo tanto, la sacaroterapia sigue siendo un método eficaz y de bajo costo para el tratamiento de heridas de cesárea Infectadas.

Bibliografía

  1. Schilling A. Cicatrización de las heridas. En: Clínicas Quirúrgicas de Norteamérica. Respuesta a las infecciones y lesiones. Primera parte: Fisiología. México: Interamericana; 1976. p. 859-77.
  2. González-Quevedo M, Abela I, Hurtado de Mendoza J, Larionova M, López-Calleja C. Estudio preclínico de la acción cicatrizante que ejercen sobre las heridas abiertas los extractos inyectables confeccionados con dos variedades de aloe que crecen en Cuba. En: Compendio de investigaciones sobre el Aloe barbadencis miller (sábila) cultivado en Cuba. Ciudad de La Habana, 1990:36-53.
  3. Gozaine Mollejas JM, González D. Uso de la sacarosa en el tratamiento local de las heridas quirúrgicas infectadas. Boletín Médico de Postgrado. 1995; 11(2).
  4. Herezage León. El uso del azúcar en el tratamiento de lesiones complicadas, 21 años después. Rev Argentina 2001;2 (1): 22-31.
  5. Domínguez AM, Vanegas S, Camacho F, Quintero G, Patiño JF, Escallón J. Programa de seguimiento de la infección de la herida quirúrgica y el sitio operatorio. Revista Colombiana Cir; 16 (1):44-57.
  6. Stillitani I, Arabela L, Herzage L. Azúcar y macrófagos: activación de la fagocitosis inespecífica en macrófagos peritoneales de ratón inducidos por inyección intraperitoneal de solución concentrada de sacarosa. Rev Arg Cir. 2003; 70 (6):179-83.
  7. Cid González M, García Viveros JA, Martínez Florindo J, Alcón Jiménez Una buena alternativa en el tratamiento de las úlceras por presión de larga duración. Aplicación de sacarosa. Enfermería Clínica. 2003;13(3):177-9.
  8. González Escobar R. Modelos experimentales para la evaluación de la acción cicatrizante de medicamentos. Rev Cubana Farmacol. 2002; 36:189-96.
  9. González H, Rodríguez R, Machado M, González J. Cabrera J. Heridas. Métodos de tratamiento. Medisan. 2004; 8:33-42.
  10. Zamora Castro S, Flamana Franco J, Rivero Acosta Y. Experiencia en la cura de úlceras por presión con sacarosa. Rev Cubana Enfermer. 2006; 22 (3).
  11. Rodríguez Ramírez R, González Tuero H. Métodos alternativos para el tratamiento de pacientes con heridas infectadas. Medisan. 2011; 15(4):503- 514.

1. a) Médico Asistencial del Sector de Alto Riesgo de la Maternidad del Hospital Ángela Iglesia de Llano. Corrientes Capital. b) Jefe del Servicio de Investigación del Hospital Ángela Iglesia de Llano. Corrientes- Capital. c) Jefe de Trabajo Práctico de la Cátedra II de Clínica Obstétrica. Hospital Ángela Iglesia de Llano Asociado a La Facultad de Medicina. UNNE.
2. a) Médica Asistencial del Sector de Alto Riesgo de la Maternidad del Hospital Ángela Iglesia de Llano. b) Jefa del Departamento de Docencia e Investigación del Hospital Ángela I de Llano. Corrientes- Capital.
3. Alumna de la Facultad de Medicina. Carrera de Medicina. Fundación H.A Barceló.
4. a) Jefe de Trabajo Práctico de la Cátedra II de Clínica Obstétrica Hospital Ángela Iglesia de Llano. Asociado a La Facultad de Medicina. UNNE.

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